08 Agosto 2011
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Es una vieja historia, fiel reflejo de cómo los países viven de espaldas aunque se encuentren al lado y sus habitantes quieran estrechar lazos. Cedillo (490 vecinos) ocupa un sitio especial. Además de situarse en la punta más occidental de la provincia tiene la particularidad de estar más cerca de Lisboa que de Madrid. Su población siempre ha mirado hacia las vecinas Montalvao o Perais. De la primera, por ejemplo, apenas le separan 14 kilómetros. Sin embargo, trasladarse entre ambas localidades puede suponer un viaje de 140, ya que al ser imposible salvar el Tajo, toca desplazarse hasta Valencia de Alcántara, cruzar la frontera por Marvao y proseguir por las sinuosas carreteras de esa parte del Alentejo hasta el destino elegido. Hay solución, pero solo los fines de semana. Iberdrola permite pasar por la presa entre las 10 de la mañana del sábado y la medianoche del domingo. Los casos de 'despistados' que han llegado tarde de regreso y han debido dar la vuelta son comentados.

«Esto no pasaría en Cataluña o el País Vasco», ha denunciado en más de una ocasión Miguel Ángel Morales, concejal en Cedillo y exvicepresidente de Diputación. Su papel fue clave para que se gestionase la construcción de un puente que permitirá trasladarse al 'otro lado'. A fin de cuentas no es nada extraño, no solo hay empresarios que tienen negocios que atender, también familias mixtas de cacereños y portugueses.

El proyecto de ese puente, que costará unos 3,5 millones y tendrá una longitud de unos 100 metros sobre el río Sever, sigue adelante. Así se lo confirmó el presidente de Diputación, Laureano León, al alcalde de Cedillo, Antonio González Riscado, hace unos días.

Ni la crisis, ni mucho menos el cambio de Gobierno trastocan los planes. «Para nosotros es vital y así lo entiende el presidente. Laureano León me dijo que se hará y que se mantienen el montante y los plazos. Las obras empezarían en enero». González Riscado lo celebra como si fuera un premio. A él y a sus concejales más de una vez les ha tocado cruzar en barca hacia Portugal para acudir a alguna reunión de trabajo con responsables políticos lusos.

Cedillo es el ejemplo más evidente de una frontera inaudita, en la que desplazarse al otro lado de la Raya de lunes a viernes es imposible si no se da una vuelta tan larga que hasta se quitan las ganas. «El paso de Cedillo es una frontera privada», han llegado a denunciar los gestores del Consistorio a propósito de los problemas que suele poner Iberdrola para circular por la presa, algo que solo es posible los fines de semana. «El Ayuntamiento paga a dos vigilantes con su dinero para que garanticen la seguridad. Si no fuese así, ni siquiera nos dejarían los sábados y domingos», sugiere González Riscado.

La comunidad de trabajo de la Eurorregión Alentejo-Centro-Extremadura (Euroace), constituida en septiembre de 2009, ha hecho sus propias propuestas para poner en práctica «un modelo estratégico de desarrollo» en la zona. En un documento elaborado en octubre pasado por un equipo técnico formado por profesionales de las universidades de Coimbra, Évora y Extremadura ya se refería al puente internacional de Cedillo.

«Constituye una infraestructura clave para mejorar la muy deficiente accesibilidad de la frontera hispano-lusa», corrobora Euroace. Su lema 'Juntos construimos el futuro' toma ahora más sentido que nunca, una vez que el paso, situado unos 500 metros aguas arriba de la presa, parece garantizado. El compromiso ha sido rubricado por la nueva Corporación provincial, y en Cedillo se lo toman como verdadero motivo de celebración. La puerta de entrada desde el pueblo a Portugal empezará a ser una realidad a principios de2012.

In "Hoy.es"