18 Maio 2011
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El jueves 19 de mayo, a las 21 horas, en la sala Belleartes de Cáceres (C/Viena nº 6 ) tiene lugar la presentación del libro de Laura Díaz titulado Piedras que cuentan historias, junto con una  exposición de pintura, ilustraciones y grabados.

Se trata de  una  publicación original en la que se funde la poesía y la ilustración, la imagen y la palabra, con las huellas de la historia medieval a ambos lados de la frontera luso-extremeña. Este libro ha sido financiado mediante una Beca a la Creación Joven del Decreto de Ayudas para Jóvenes con Ideas,  que concede la Consejería de los Jóvenes y del Deporte a proyectos e iniciativas a desarrollar en el Gabinete de Iniciativa Joven para el fomento de la Sociedad de la Imaginación.

Enel libro, se muestra la idea de que los restos arqueológicos medievales, presentes en nuestros pueblos, no solo muestran el camino a los historiadores y a los arqueólogos que los analizan y estudian de manera científica, sino que también cuentan historias a todos los habitantes de estas tierras actuales fronterizas: la historia común de antepasados que aquí vivieron y que han dejado encerrada en las piedras su recuerdo.

Los poemas contenidos en el libro,  se centran en la historia medieval fronteriza de pueblos como Valencia de Alcántara, Alburquerque, Marvão, Castelo de Vide, entre otros, donde muchos de sus habitantes se vieron arrastrados por la incomprensión cultural y el rechazo religioso cuando, a finales del siglo XV, se rompe la convivencia pacífica entre cristianos y judíos, siendo estos últimos forzados a la conversión o a la huída. Son así versos, retazos de historias de los   que sufrieron, los antepasados  que pisaron descalzos las fronteras del tiempo y vienen ahora a hacer suyo el papel y la palabra. 

Los versos de “Piedras que cuentan historias” pretenden arrastrar al lector hacia los sentimientos del perseguido, para hacer evidente que la ruptura entre los pueblos y las culturas no es el camino correcto, que la sangre ensucia el agua de los ríos que comparten las fronteras, que la huída, el miedo, la persecución y,  en definitiva,  la intolerancia religiosa y cultural son fantasmas que no debieran haber existido antes ni tampoco ahora. Estas piedras, talladas con marcas y símbolos, arañadas por el tiempo, son la voz de nuestro pasado y nos recuerdan la riqueza cultural que encierran. Dejémoslas hablar.